Moisés Téllez Suárez
En su mensaje semanal, Gerardo Gutiérrez Candiani, presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), dijo que de 1995 a la fecha el país ha sido incapaz de generar 7 millones de plazas laborales, puesto que para darle empleo a la población que se encuentra en edad laboral o que ha concluido sus estudios anualmente se deberían de crear 800 mil plazas.
Según el gobierno federal de enero del 2007 a diciembre del 2010 se crearon un millón 36 mil empleos, lo cierto es que estos trabajos no son suficientes para el crecimiento poblacional y la demanda laboral que día a día aumenta; no obstante se le suman a este rezago laboral los problemas relacionados con los empleos mal remunerados, como solventar todos los gastos básicos en una familia vestimenta, comida y vivienda, que según el Instituto Nacional de Geografía y Estadística son 25.2 millones de personas que ganan entre uno y tres salarios mínimos. Esto quiere decir que cuando los jóvenes terminen sus estudios el primer problema será encontrar un trabajo que este de acorde con sus estudios, si logran encontrar alguno por falta de experiencia y/o la gran cantidad de aspirantes a ese puesto, el salario no estará dentro de las expectativas del candidato.
Estos problemas están relacionados con problemas aun más grandes, puesto que al no tener empleo y carecer de oportunidades educativas, las personas buscan una mejor calidad de vida en ámbitos ilegales, con esto dañan a terceras personas. Ante este panorama supondríamos, que si la administración actual pudiera contener y desarticular a la delincuencia organizada, la violencia y la criminalidad seguirán encontrando las condiciones adecuadas para reproducirse hasta que no ataquen sus causas originarias: la pobreza, la desigualdad, la desintegración familiar y social y, por supuesto, el desempleo.
Editorial – La jornada 1° de Marzo del 2011
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